LABORATORIO DE PRÁCTICAS ESTÉTICAS CONTEMPORÁNEAS
En el instante que recibí la noticia de ser el ganador de la “Residencia de Creación” en Paul art space” fue inquietarme por el proceso de creación que desarrollaría, cual sería mi intensión y con que propósito reflejaría mi pensamiento latinoamericano a través de la obra gráfica. Pensamiento que diera cuenta de nuestro despertar consciente, basados en la energía vital y en la conexión con la “madre”. Pilares, últimos de mi proceso de vida.
Lo primero, evoque mis experiencias de vida, decir lo que sabemos por medio de nuestros sentidos; el olor es fundamental, el “ mirar” con el oido, - como nos enseño Castaneda – palpar la textura, es decir aplicar lo que aprendemos al pensar, respirar y saber comer. Los sentidos como estrategias de conocer el “mundo”
Mi proceso de creación anterior se baso en la canoa como contenedor de “ memoria” ancestral, canoa que refleja el pensamiento del indigena, sin arraigos, permitiéndose fluir sobre las aguas. Ese contenedor me llevo a vislumbrar la fuerza de la naturaleza desde lo micro del cosmos, la posibilidad de apreciar el todo en un pequeño artefacto que contiene y transporta la memoria aborigen, sus resetas, sus comidas, sus medicinas, y un sin número de posibilidades que se pueden llevar de un lugar a otro.
Haciendo la referencia a lo ya dispuesto y en ese instante mencionado, llego a mi mente la idea de evidenciar con un elemento, nuestra identidad de pensamiento consciente. Lo que me llego desde mi “ser” el pensar en una flor, la orquidea nacional, nuestro emblema, icono de reconocimiento de belleza exótica, tropical: La Catleya, formas sinuosas, transparentes tonos, erótica y sensual como nuestra naturaleza, como nuestras mujeres; e inicié el proceso de creación re-presentando desde la realidad las líneas, tonos y formas que confluyerón a lo femenino, a lo intimo de la “madre” a la profundidad de sus cavernas, las que otorgan vida. La flor se transfiguro en flor otra, hasta llegar a identificarla con el Sahaja Maithuna. Los tonos se cromatizarón, lo vivaz de la luz se reflejo en el otorgar vida, dar pasión y conectar con su magia, la cual Novalis dice es “ el arte de influir consciente sobre el mundo interior”. Ese influir se relaciona con la consciencia de reconocer que “Solo cuando conocemos y empleamos las Leyes del Magnetismo entre los cuerpos y las Almas, no serán ya más imágenes fugaces y sin sentido, nieblas que se desvanecen en la luz, todas las palabras sobre Amor, Sexo y Sexualidad”; se multiplica infinitamente la potencia de la voluntad mediante el desencadenamiento y actualización omnipotente de las sutiles corrientes nerviosas.
Homero ha verificado una descripción similar delicada y mágica del abrazo amoroso de la pareja divina: “Bajo ellos, la germinadora tierra producía verdor florido, lotos, tréboles jugosos y jacintos y azafrán que apretados, túrgidos y tiernos se alzaban del suelo, y ellos yacían allá y arrastraban arriba las nubes titilantes y áureas, y el chispeante rocío caía a la tierra”.
Así surgió esta propuesta estética, la Catleya: Sahaja Maithuna, emanada del despertar consciente y de la construcción de experiencias de vida; del estar atento y del ser obediente, permitir que las ideas y las intensiones estéticas fluyan con el devenir del aquí y ahora.