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“Calle de las Guapas”

 

Presentamos esta práctica estética contemporánea, resultado del proyecto de investigación-creación denominado Fragmentos Visuales del Cuerpo Estético de la CALLE DE GUAPAS de Manizales, el cual inició con la exploración de un microespacio social, sorprendiéndonos por los acontecimientos y coreografías que allí tienen lugar. Partiendo de lo simple, fuimos reinventando lo peculiar, lo sutil, el instante de lo cotidiano, disperso en las prácticas de un grupo social altamente complejo, como son los travestis, personas hermosas, humanas, carismáticas; culminando con la (des)territorialización del cuerpo a través de la estética.

 

Es en este microespacio ubicado en el sector de la Plaza de mercado de la ciudad de Manizales, donde encontramos un cuerpo particular, estético, afectado y afectable, como lo dirían Deleuze y Guattari: rizomático; un cuerpo atravesado por experiencias individuales y colectivas, que trascienden el contexto específico donde se conjugan sus diversas relaciones. Presenciamos cuerpos que permanecian estáticos, casi petrificados en el bullicio cotidiano, cuerpos que esperaban, y cuerpos que se desplazaban creando coreografías o singularidades de la cotidianidad. Estos cuerpos por sus peculiaridades y por las especificidades del lugar constituyen un territorio, el cual se transforma en su mundo; como se lee en Deleuze y Guattarri: “tener un mundo tiene que ver con “reaccionar a un conjunto de cosas específicas”, aunque esas cosas sean pocas y restringidas, pero que provoquen reacciones, que pongan en movimiento, que exciten” (2006, p.5). Afirmamos que “tener un mundo se refiere a la idea de territorio, a “tener” un territorio, pero no a apropiarse de un territorio, sino a “crear” uno”. Y al referirse a esa noción construida con Guattari, Deleuze dice en el Abecedario (2006, p.7) que “construir un territorio es casi el inicio del arte”.

 

Al acceder a estas vivencias, al culminar el “momento” etnográfico y al adquirir experiencias estéticas significativas, determinamos que los individuos de este sector, configuran una compilación de acontecimientos, vivencias, percepciones, sensaciones y coreografías encadenadas entre sí, en una trama mutable de perspectivas de análisis y “miradas”, que desde la estética, generan sentimientos y provocaciones. Estos aconteciminetos se tradujeron en vivencias fundamentadas en visibilizar el cuerpo de un terrritorio creado por ellos mismos, donde se recorre y controla, donde se aprecia jerarquias, horarios de habitar el mismo espacio, se desarrollan roles, se defienden micro-circulos de poder; por esto reconociendo y delimitando las fronteras espaciales y virtuales re-configuramos nuestra propuesta estética soportada desde esa frontera: “el arte nace en la demarcación de un territorio”, para Deleuze, en la constitución de sus rizomas, fisuras, llanuras, mesetas y fronteras; fronteras invisibles demarcadas por la constitución de habitar ese cuerpo, de ser un cuerpo.

 

Entendido lo anterior, nuestro proceso de creación consitió, entre otros propósitos, el generar una desterritorialización de ese cuerpo habitante de ese espacio real, sector hoy conocido como “calle de las guapas”; desterritorialización que consite en transportar ese cuerpo vivenciado, a espacios tradicionales vetados a ellos por los regimenes de control, llevarlo a la plaza, al parque, a la institución arte, con el ánimo de recorrer esos otros territorios que por derecho tenemos a habitarlo.

 

Haesbaert realiza una síntesis de esta dicotomía cuando afirma que: “el territorio envuelve siempre, al mismo tiempo..., una dimensión simbólica, cultural, a través de una identidad territorial atribuida por los grupos sociales, como forma de ‘control simbólico’ sobre el espacio donde viven (siendo también por tanto una forma de apropiación), y una dimensión más concreta, de carácter político disciplinar: una apropiación y ordenación del espacio como forma de dominio y disciplinamiento de los individuos”.

 

Es pues la dualidad terrritorio y sociedad que visibiliza ese cuerpo observado, resuelto desde el performance, con la categoría de (in)estabilidad del movimento del actor al empujar la escultura, espejo de la realidad del cuerpo estético de la calle mencionada; imagen que recorre nuestra ciudad, cuerpo seriado, repetido desde el instante; cuerpo des-territorializado de su micro-espacio de poder, desplazamiento que hace para colonizar otros territorios; exilios temporales, no físicos - verbales, determinados por lo actitudinal, lo gestual, el manierismo propio de la “calle de las guapas” de Manizales.

 

En sistesís, esta propuesta estética transmitirá desde el performance –sin perder las mismas voces, las mismas fisuras, los mismos cuerpos, que ahora se confabulan desde la estética- , una apropiación de territorios físicos - virtuales, encaminados a sensibilizar la sociedad, comprensión pendulante entre lo grotesco y lo frágil, lo áspero y lo llano, entre lo aparentemente visto y lo que en “realidad” es, iniciando desde una percepción única - la del espectador y re-configuradora por parte de ese cuerpo-espacio; de cada una de las miradas estéticas, etnográficas, antropológicas, sociológicas… que deben suscitar este grupo poblacional que en la mayoría de las veces son mirados como una entropia en la sociedad.

 

Por último agradecemos la presencia invaluable de Luisa Quintero, Paula Andrea Aponte Moreno, dos “guapas” que con su energía, tiempo y alegría contribuyeron a la creación de la escultura; a las demás “guapas” que permitierón compartir con ellas momentos inconfesables; al semillero de investigación LAB/PRAC en especial a Germán Betancur y Sebastian otalvaro, asistentes de taller; y a todas aquellas personas que de alguna manera aportarón al proyecto, gracias.

 

AUTORES

LUIS ALFONSO CEBALLOS CEBALLOS

JORGE ELIÉCER RODRÍGUEZ OSORIO

Docentes Asociados Universidad de Caldas

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